Presenta graves desperfectos que provoca que se filtre agua a las clases en los días de lluvia
“Parece mentira que tengan que pasar dos años para llevar a cabo una obra tan necesaria. Parece que
estaban esperando que ocurriera una catástrofe para llevar a cabo la obra. Es una pena que tengamos
que ir mendigando cualquier mejoría en los colegios o en el consultorio de Espartinas”, así de
contundente se ha mostrado el alcalde de Espartinas, Domingo Salado, en la reunión que, en la mañana
de hoy, ha mantenido con el gerente de la empresa Brisol. Esta empresa ha sido la adjudicataria para
la reforma de la cubierta del colegio público Joaquín Benjumea Burín, que presentaba graves
deficiencias que provocaba que se filtrara el agua en los días de lluvia. El importe de adjudicación
ha sido de 45.000 euros con un plazo de ejecución de dos meses. Estas obras se iniciarán después de
la Feria de Sevilla.
Ha tenido que pasar más de un año desde que se anunciara que se procedería al
arreglo de la cubierta, dentro del Plan OLA, para que esta obra se lleve a cabo, y ha sido gracias a
la presión realizada por la concejal de Educación, María del Carmen Fernández, quien lleva más de 3
años realizando gestiones para que se acometan obras de mejora en la cubierta del colegio. “Es una
vergüenza que nuestros hijos lleven tres años esperando una obra que impida que se caiga un trozo de
techo, con el peligro para la integridad de los niños que ello supone”, apunta el primer edil.